MI TIA BELEN
Ella es suave
como las ondas del río
con la brisa mañanera
su voz
es tan delicada
que un saludo de ella
es oración
que aleja los infiernos
y los espantos de la sabana.
Ella es suave
como las ondas del río
con la brisa mañanera
su voz
es tan delicada
que un saludo de ella
es oración
que aleja los infiernos
y los espantos de la sabana.
Mi tía abuela María Pérez
era una gran vendedora
solía ofrecer sus guayabas
cuando todo el pueblo flotaba en su aroma
regresaba sin una el balde
Natividad
su marido
se rascaba la cabeza
apenas la veía irse por la calle del río
él era un hombre de la sabana
y ella
mi tía
la más pura imagen
de un mundo chiquitico
donde todos éramos felices
jugando a la codúa en el lomo del río.
Mi abuela Gregoria era analfabeta
pero sabía el nombre de las constelaciones
y de las raíces que curaban los catarros
la anemia
la tuberculosis
y la lepra
Ella me enseñó a disfrutar la música de Andrés Cisneros
el cantor de Caracas
los tangos de Gardel
y los sonidos de la sabana
me contó de Laureano
el profeta Enoc
de la “jumacera” del candelorio
que dejaba a su paso
me dijo que fue el año catorce del siglo veinte
porque ella tenía catorce añitos
y poquito después llegó la langosta
cayó como una nube negra sobre la aldea
no se veía a tres pasos
todo lo verde desapareció
el día que fue noche
y de la creciente del cuarenta y cinco
también me habló
me dijo que acabó con el hambre vieja y dejó una nueva
mi abuela Gregoria Pérez
es una novela de capítulos interminables
todavía la leo
y siento sus manos acariciándome el cabello
recostado sobre su pecho.
La vida cae a los pies del hombre
Lo derrumba
Cae como un león sobre su presa
No bastan las nubes
La luna de la poesía y el bosque
La polifonía del amor y de la carne
La vida nos hace morder el polvo
Nos quiebra el alma
Nos mata.
Se que muchos buscáis versos de amor cortos y bonitos para terminar de enamorar esa pareja que amas y quieres que sepa de alguna manera más sutil lo que sientes por ella, cada día se pierde más el amor por los poemas y la lectura romántica.
Versos y poemas de amor para enamorar a mi novia y conquistar a una mujer
Existen escritores muy famosos y que han sido populares por su poesía romántica y de amor, por nombrar a algunos tenemos a: Gloria Fuertes, Pablo Neruda o Mario Benedetti siempre han sido referencia en lo que respecta a poemas románticos para enamorar.
Aquí tenemos algunas estrofas que buscan enamorar y llegar al corazón.
Espero que disfrutes de la poesía de estas composiciones propias. Son versos escritos en mi libro: Fotografías de Familia.
Las mariposas son palabras de colores que vuelan
las estrellas y la noche
los trajes de la muerte
Todos los pasos del hombre se pierden
los salmos y las aguas del cielo también
ninguna estación venero
invierno o verano es igual
para volverme un arqueólogo del diecinueve
maravillado en el valle de los relámpagos
donde los hombres somos pequeños y adorables animales
y así te diga
adiós bandera de país lejano
te recuerdo
que las mariposas son palabras de colores que vuelan.
Estos son unos de mis versos únicos escritos en el libro Fotografías de Familia. Porque un poeta enamorado no quiere contener sus emociones, pues nada puede oponerse a la libertad de la escritura y con esa libertad que se anhela vivir su amor por la escritura y más aun si son poesías de amor.
Quise ser un gran borracho y no pude serlo
quise vivir en un barrio de librerías
teatros
y tabernas
y sólo pasé por ellos
quise tocar el piano y la guitarra
pero nunca encontré mis oídos
quise retratarme con mis padres
tampoco fue posible
murieron de tanto esperarme
poeta también quise verme
escribo versos
pero no se si en ellos la poesía tiene casa
lo que si es cierto en mi vida
son mis hijos
hembras y varones como mis nietos
tan ciertos como el tiempo que esperé
para decirte
hola qué tal amor
El amor en estado puro y que sale directo del corazón, de gustarte mis versos los podrías compartir con tu novia o pareja actual. Tan muy validos para leerlos y compartir con seres allegados y queridos en tu vida.
OLIVIA
En tu nombre
celebro la gloria del mirto rey florecido
la belleza de la estrella de la mañana
el sueño del que sueña
si está vivo o está muerto
la belleza iluminando el rostro de vuestros padres
y el mío
mientras camino las calles de mi ciudad
pensando en ti
en los hombres de la guerra
en los hombres de la paz
en tu llegada
Olivia
que me deja cantar
y saludar a mis amigos.
Estas son frases propias que más allá que rimen o no, apuntan directamente al corazón por son escritos desde la experiencia y que has tenido con esa persona que amas.
LA NOCHE Y EL RIO
Pasaba el viento
pasaba la lluvia
y el día se quedó para siempre
y volvía el viento
y la lluvia
y no derretían la sed
aposentada en mi vida
la noche quedó para siempre
dejaron también la muerte como la noche y el día
como si la tal señora
la luna fuera.
Es larga la lista, son poemas de belleza particular, deliciosos, poemas creados libres de las modas y aires académicos de escuelas de letras, paso y gano, diría un jugador de ajilei, Sus autores son cantores apasionados de lo que amaron o aman, en el dolor o la dicha gloriosa de una mirada, en una edad o un viaje, o en las pequeñas y fabulosas historias de los pueblos, o en el silencioso andar de la muerte tras el hombre.
Los autores de que vienen a mi recuerdo, son de mi más alto afecto intelectual y personal, son poetas que han tejido una poesía de un universo emocional, único. Eso sí, de perfiles diferentes, territorios de mucha belleza verbal en cada paso ciudadano de sus huellas, cómo llama en la oscuridad que señala tesoros, he aquí un ejemplo:
Yo tuve un barco bicicleta
Con una chiminea alta de cielo
Y una larga sirena
Que aullaba por las tardes en los viñedos
Surqué el mar
Con mi bicicleta
Mi bicicleta volaba de cresta en cresta
De espuma en espuma
Como un rayo de agua
En el baúl de mi barco bicicleta
Van todos los muertos
Los que no lloran
Y los callados
No pierde forma
Ni compostura
Acomoda por igual a fantasmas
Siluetas y cantantes
Mi barco es un barco que rueda sobre el agua.
(De la muerte y otros regazos)
Pareciera el objeto más entrañable de un niño cuando ya el horizonte no es el que miraba desde la ventana de la casa, en la tierra del mundo nativo, así lo asumo y lo disfruto. Pero también las ciudades, en especial la Mérida de Venezuela, anida su arquitectura, su aire, su serranía, su paisaje humano, en el corazón de un poeta:
Alarifes de tus palabras contemplativas,
oidores de las voces sugestivas del entorno
te asentaron.
La señal de los altos riscos, la idea
Asumieron.
Prestaron del beato iris sus claros colores.
Sin estridencia,
los juglares.
Recuerdan los ritmos de tus ventiscas
Sus adas.
Ciudad, tus poetas te hicieron.
Fulges por ello siempre con tu rostro de luna,
resplandeces estoica en el verdor de tu reino,
aún.
(Mérida, una ciudad hecha de poesía)
El río también se muestra en la palabra del poeta, mágico en su mundo de conquistas, en su paso “al morir”:
Las piedras se suavizan cuando las rozas con tu cuerpo
/memorioso y frágil
Larga serpiente que atraviesa la montaña del caracol dulce.
(papeles del río)
El poeta que viene ahora es de la edad media y su nombre está fresco , todavía, en la memoria del mundo, aquí lo traigo, genial en su poética, cuando le canta a Doña Endrina, El Arcipreste de Hita:
¡Ay Dios, e cuan fermosa viene Doña Endrina por la plaza!
¡qué talle, qué donaire, qué alto cuello de garza!
¡qué cabellos, qué boquilla, qué color, qué buen andanza!
Con saetas de amor fiere cuando los sus ojos alza.
Hay, en estos poetas, mis poetas, gran variedad de cantos, deliciosos, estos que hoy comparto, los gozo en voz alta en mi reino de este mundo, mi casa. No se me queda fuera de mis alforjas, el dolor, cuyo mejor retrato es aquel “tanto que te lo dije Susy” de mi admirado poeta y hermano, Pedro Parayma.
Cuando niño nunca imaginé
que la tierra giraba en torno al sol
en el lugar donde nací
no hay elementos geográficos y físicos
que indiquen lo contrario
en mi tierra el sol es grandote
casi nunca lo tapan las nubes
sólo mis ojos
cuando buscan la huella
que complete un paso
en el silencio de la sabana