ABUELA GREGORIA
Mi abuela Gregoria era analfabeta
pero sabía el nombre de las constelaciones
y de las raíces que curaban los catarros
la anemia
la tuberculosis
y la lepra
Ella me enseñó a disfrutar la música de Andrés Cisneros
el cantor de Caracas
los tangos de Gardel
y los sonidos de la sabana
me contó de Laureano
el profeta Enoc
de la “jumacera” del candelorio
que dejaba a su paso
me dijo que fue el año catorce del siglo veinte
porque ella tenía catorce añitos
y poquito después llegó la langosta
cayó como una nube negra sobre la aldea
no se veía a tres pasos
todo lo verde desapareció
el día que fue noche
y de la creciente del cuarenta y cinco
también me habló
me dijo que acabó con el hambre vieja y dejó una nueva
mi abuela Gregoria Pérez
es una novela de capítulos interminables
todavía la leo
y siento sus manos acariciándome el cabello
recostado sobre su pecho.