Cuando adolescente
Rudesindo Prieto
En El Samán de Apure
Me leyó un poema
Que hablaba de la luna de Nápoles
Hoy
A muchos años de ese momento afortunado
Me acomodé en una ventana
De la casa donde vivo
Y veo la luna desde aquí
Que estoy seguro
No es igual a la de Nápoles
Es otra
Que también ha sido cantada
Con versos de dolor y mucha melancolía
Por una gente que mata de domingo a domingo
La misma vida desde hace quinientos años.