I
El Ávila es mi talud de angustia
te ha metido en noviembre
como un pájaro indefenso
II
Yo que veo el mundo
en una gota de agua
que no tengo nomenclatura
ni más luz que la de los infiernos
hermano mío
siempre termino en un bar
con las manos en los bolsillos
III
A esta hora
( 5 p.m.)
cuando nuestros encuentros
Dios besaba la piel del río
y la voz paterna
cuidaba sus pasos en nosotros
IV
Aquellos ojos
también del nunca más
me los bebo en un callejón de Caracas
como bebo las sales de la mujer que amo
V
Cómo te digo
hermano
que las campanas acabaron con mi traje negro
adiós noviembre
que vengan todos a escarbar en mi corazón.